Una mirada introspectiva a través de los retazos metálicos de Rivera

Caleidoscopio. Telas metálicas, tiritañas y estorzuelos

Artista: Manuel Rivera

Comisario: Iñigo Navarro

Galería Leandro Navarro

C/Amor de Dios, 1 - 28014 Madrid

Del 10 de noviembre de 2021 al 7 de enero de 2022


Una mirada introspectiva a través de los retazos metálicos de Rivera

Milagros Pellicer Planells

La galería Leandro Navarro, bajo la dirección de Iñigo Navarro, es la representante del legado del artista granadino Manuel Rivera, cofundador del grupo El Paso, un colectivo artístico vanguardista nacido en 1957 con el objetivo de impulsar el arte de vanguardia español. En la presente exposición, Caleidoscopio. Telas metálicas, tiritañas y estorzuelos, la galería nos muestra una selección de obras de Manuel Rivera, continuando así la trayectoria de exposiciones sobre este artista iniciada por la misma en 2004 con motivo del 10º aniversario de su fallecimiento. Esta es, de hecho, la cuarta de las exposiciones que la galería dedica a este artista, pues también se realizaron otras dos en 2011 y 2017. 

La exposición está dividida en una serie de categorías que remiten al imaginario místico de Rivera, donde la materialidad se vuelve protagonista. La malla metálica, presente en todas estas piezas, cobra vida a través de un juego de luces y texturas que la transforman en un onírico  mundo autobiográfico. Y es que debemos entender las obras de Rivera en relación a su contexto: hacia 1955, el artista comienza a experimentar con las telas metálicas, en un contexto previo a la fundación del grupo El Paso, en el que los artistas contemporáneos ya estaban comenzando a experimentar con las posibilidades plásticas de los materiales. De hecho, el propio Rivera afirma que él nunca terminó realmente de experimentar, ya que estaba constantemente buscando algo nuevo. 

Esto es algo que también se aprecia en las obras de Manolo Millares, otro de los artistas del grupo El Paso -que también representa la galería Leandro Navarro-, de manera que se pueden ver las obras de ambos en paralelo, pues uno trabajaba con tela metálica y el otro, con tela de arpillera. La experimentación de Rivera, por lo tanto, giró en torno a las posibilidades que le ofrecía esta malla metálica, que generaba unos reflejos en su superficie a partir de un juego de luces y sombras que apelaba al movimiento. De esta manera, el espectador se vuelve un sujeto activo al observar las obras del artista, pues según la posición en la que se coloque, estas sombras crearán unas formas u otras. 

Rivera emplea una técnica mixta que superpone tela metálica, alambres y tejidos. Sus primeras obras, de acuerdo con el propio contexto artístico de la vanguardia emergente, eran obras pictóricas que podrían enmarcarse en la abstracción o incluso el informalismo, aunque él mismo afirmaba que no se consideraba un artista ni abstracto ni informalista. Sin embargo, poco a poco, sus obras cobran un carácter más escultórico pues, si bien él las consideraba cuadros -y, de hecho, están enmarcadas-, cobran tridimensionalidad a través de esas mallas metálicas y alambres que, en ocasiones, están superpuestos a un lienzo que actúa como fondo -como en el caso de los Estorzuelos- pero, en otras ocasiones, se liberan de este fondo y cobran una cierta independencia -como sería el caso de las Tiritañas o Recuerdos-.

Recuerdo 2 fue una pieza realizada en 1993, apenas un año antes de su fallecimiento. Los alambres que parece que sostienen la obra se vuelven obra misma al atravesar la placa de metacrilato central en una maraña de metales enrevesados que proyectan una interesante sombra sobre el muro, una sombra que también resalta en Recuerdo 1, pieza en la que se ve un alambre de espino, que transmite una sensación de violencia y aprisionamiento de modo que parece que la propia tela metálica pretende escapar del marco. 


Recuerdo 2
1993
Técnica mixta (tela metálica y alambre sobre bastidor de aluminio)
65x50 cm

En estas piezas, así como en otras como Tiritaña XVI, se aprecia lo problemático de la decisión museográfica de colgar las obras de unos hilos que penden de arriba, puesto que este hecho recrea la propia manera en la que los alambres sostienen y tensan las telas metálicas y, de este modo, confunden al espectador. A pesar de ello, es importante destacar el hecho de que los marcos en los que se ubican las obras sí que han sido colocados a una cierta distancia del muro expositivo, de manera que, junto a los focos de luz, ayudan a que se proyecten las sombras en el mismo.



Tiritaña XVI
1975
Técnica mixta (tela metálica y alambre
sobre bastidor de aluminio)
60x73 cm
Recuerdo 1
1993
Técnica mixta (tela metálica y alambre
sobre bastidor de aluminio)
65x50 cm 
























La autorreferencialidad que se aprecia en Espejos y Recuerdos tiene su culminación en Caleidoscopio, la obra que da nombre a la exposición. Este políptico cuenta con una gradación de tonos azulados que actúa como fondo y cuatro retales de tela que parecen guiar nuestra atención al centro en el que convergen las cuatro tablas de madera que conforman el soporte. Caleidoscopio fue realizada en 1981 y supone una síntesis de sus obras anteriores. Podemos ver una alusión a los Espejos en las masas traslúcidas, pero definidas, que forman los cuatro cuadrados imperfectos, así como en los clavos que los sostienen. Del mismo modo, también vemos una alusión a las Tiritañas en las figuras trapezoidales que dirigen nuestra mirada al centro de la pieza. Los reflejos de la malla metálica en Caleidoscopio remiten a la superficie acuática que recuerda a la Alhambra de su tierra natal. Así lo vemos en el poema de Alberti incluido en el catálogo: 

Pintor de espejos azules 

soñando siempre en Granada 

en los jardines tranquilos

sobre el agua.

Va el agua diciendo su nombre: 

Manolo Rivera se llama.

Caleidoscopio
1981
Técnica mixta (tela metálica, alambre, metal y óleo sobre madera)
200x162 cm

Este catálogo, que se puede encontrar en la página web de la galería, no resulta del todo esclarecedor, pues cuenta con dos textos (escritos por Tomás Paredes y Guillermo Busutil) que más que centrarse en esta exposición en concreto, hablan de manera genérica de Rivera y su lenguaje artístico, uno a modo de glosario y otro de una manera lírica que parece que desvía nuestra atención hacia lo anecdótico de la prosa. Sin embargo, sirven para contextualizar el legado del artista, que corre a cargo de sus hijas, Elena y Marisa Rivera, que han colaborado en la muestra. 

Si bien no existe una fundación que acoja sus piezas, su obra forma parte de diversas colecciones y museos públicos tanto nacionales como internacionales. La galería Leandro Navarro está especializada en Vanguardia Histórica y Arte Moderno Internacional, por lo que se dedica a exponer obras de artistas consagrados como Manolo Millares, Carmen Laffón o Pablo Gargallo, entre otros. Es en este marco en el que se genera la presente exposición de Manuel Rivera, cuyo legado también ha presentado la propia galería en ferias como ARCO Madrid o Art Basel Miami Beach. 

Por todo ello, la selección de las piezas de esta exposición, junto con una distribución por categorías que rompe con la cronología lineal, nos ha permitido ver parte de la trayectoria más madura de un artista de gran relevancia tanto en el contexto del arte contemporáneo nacional como internacional. De este modo, en el marco de la difusión del legado de Rivera, la presente exposición constituye una importante tarea en el ámbito de la puesta en valor del patrimonio, pues tanto Manuel Rivera como sus compañeros del colectivo El Paso contribuyeron en gran medida al surgimiento y consolidación de la modernidad artística en España.  


Comentarios

  1. Estilo literario un poco envarado y rimbombante. La reseña está muy bien, pero intenta construir frases más cortas y con menos oraciones subordinadas. Yo habría hecho más sangre con los alambres colgantes. Es un claro error de montaje.

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