FOD: HABITAR ES AGAZAPARSE
Miserables casas / excelentes habitáculos
FOD
Galería Juan Silió
C/ Doctor Fourquet, 20, 28012 Madrid
20.11.2021 - 29.01.2022
Alejandra Marquerie
Hûs. red 2 (2021) 300 x 270 cm (118,11 x 106,3 in)Tinta y acrílico sobre lino belga©https://juansilio.com/
Hasta el 29 de enero, la galería Juan Silió acoge la exposición individual del artista FOD (Puerto Lumbreras, 1973), titulada Miserables casas / excelentes habitáculos y que supone el inicio de la colaboración entre ambos. La obra de FOD se desarrolla en torno a la cuestión de cómo habitamos el mundo contemporáneo, formalizada a través de la hibridación de los lenguajes de tres disciplinas: pintura, escultura y arquitectura, siendo esta última la que articula conceptualmente su trabajo. Desde trabajos anteriores, como “STRÛTS”, expuesto en Tabacalera (Madrid, 2016), sus piezas más arquitectónicas representan lo contrario del deseo tradicional burgués de posesión de un lugar donde recogerse. Las piezas de FOD subrayan la idea de un “estar de paso”, un habitar intermitente y nómada, intención que comparte esta exposición y que queda patente desde el título.
La exposición gira en torno a la idea de refugio, a la sensación de protección ante un peligro exterior, a la construcción de un lugar de calma. Vertebrado en el binomio dicotómico entre interior y exterior, un refugio es un espacio en el que agazaparse, un verbo que, para Bachelard, pertenece a la fenomenología de “habitar”. Para el autor de La poética del espacio, “solo habita con intensidad alguien que ha sabido agazaparse”. Así, FOD presenta una reflexión sobre ese lugar seguro que al mismo tiempo tiene un carácter defensivo, que actúa como una suerte de escudo improvisado.
La propuesta de FOD transita entre lo escultórico y lo pictórico, constituye un ida y vuelta articulado mediante las tres series expuestas (Domus, Bocetos y Hûs), que se presentan mezcladas entre las dos salas de la galería, con una pieza bisagra que divide la exposición formalmente al tiempo que opera, conceptualmente, como nexo de unión. Más cercana a lo que hemos podido ver anteriormente de FOD, esta obra intermedia representa el ensamblaje forzado de materiales de construcción reutilizados (DM, uralita, chapa, entre otros). La independencia de cada uno de los elementos que la componen contrasta con la serie escultórica Domus, cuyo título hace referencia a un tipo de casas romanas. En este caso, los retales de construcción empleados están unificados mediante el color, que otorga un carácter integrador, igualador y unificador a los materiales, situándolos al mismo nivel de importancia.
Acople 21 (2021)250 x 87 x 13 cm (98,43 x 34,25 x 5,12 in)Acrílico y materiales reciclados©https://juansilio.com/
La misma intención monocroma tienen las pinturas de gran formato tituladas Hûs que, apoyadas en el suelo, adquieren un carácter objetual que incide en la idea de lo transitorio, lo improvisado, aquello que no está pensado para permanecer. Estas obras nos muestran el espacio del habitáculo en el plano mediante sus formas más elementales, acercándose a esa tendencia constructivista que el propio FOD ha reconocido en ocasiones como una de sus influencias principales.
El refugio es un espacio que divide, que establece un afuera y un adentro, articulados en la organización expositiva en dos salas cromáticamente marcadas: una roja, asociada al estado de alarma, de peligro exterior del que protegerse, y una negra, al fondo, que alude al espacio del habitáculo seguro, de comodidad.
Así, en esta exposición se reflexiona sobre la necesidad humana de construir y, sobre todo, de protegerse —de refugiarse— ante la intimidación que provoca la ciudad contemporánea en el individuo, con el control constante de la población y las edificaciones que el arquitecto holandés Rem Koolhas denomina “junkspaces” o “espacios basura”: centros comerciales, aeropuertos, lugares diseñados para el consumo y que contribuyen al carácter panóptico de la sociedad contemporánea.
FOD inaugura, con esta exposición, una nueva línea en su trabajo que, sin bien es fiel a los materiales que utiliza habitualmente, introduce un uso del color que le permite explorar una idea de integración que dialoga perfectamente con la problematización de la forma que tiene el sujeto contemporáneo de habitar, recordándonos el carácter animal y primitivo del ser humano, que busca, en último término, protegerse.
Hasta el 29 de enero, la galería Juan Silió acoge la exposición individual del artista FOD (Puerto Lumbreras, 1973), titulada Miserables casas / excelentes habitáculos y que supone el inicio de la colaboración entre ambos. La obra de FOD se desarrolla en torno a la cuestión de cómo habitamos el mundo contemporáneo, formalizada a través de la hibridación de los lenguajes de tres disciplinas: pintura, escultura y arquitectura, siendo esta última la que articula conceptualmente su trabajo. Desde trabajos anteriores, como “STRÛTS”, expuesto en Tabacalera (Madrid, 2016), sus piezas más arquitectónicas representan lo contrario del deseo tradicional burgués de posesión de un lugar donde recogerse. Las piezas de FOD subrayan la idea de un “estar de paso”, un habitar intermitente y nómada, intención que comparte esta exposición y que queda patente desde el título.
La exposición gira en torno a la idea de refugio, a la sensación de protección ante un peligro exterior, a la construcción de un lugar de calma. Vertebrado en el binomio dicotómico entre interior y exterior, un refugio es un espacio en el que agazaparse, un verbo que, para Bachelard, pertenece a la fenomenología de “habitar”. Para el autor de La poética del espacio, “solo habita con intensidad alguien que ha sabido agazaparse”. Así, FOD presenta una reflexión sobre ese lugar seguro que al mismo tiempo tiene un carácter defensivo, que actúa como una suerte de escudo improvisado.
La propuesta de FOD transita entre lo escultórico y lo pictórico, constituye un ida y vuelta articulado mediante las tres series expuestas (Domus, Bocetos y Hûs), que se presentan mezcladas entre las dos salas de la galería, con una pieza bisagra que divide la exposición formalmente al tiempo que opera, conceptualmente, como nexo de unión. Más cercana a lo que hemos podido ver anteriormente de FOD, esta obra intermedia representa el ensamblaje forzado de materiales de construcción reutilizados (DM, uralita, chapa, entre otros). La independencia de cada uno de los elementos que la componen contrasta con la serie escultórica Domus, cuyo título hace referencia a un tipo de casas romanas. En este caso, los retales de construcción empleados están unificados mediante el color, que otorga un carácter integrador, igualador y unificador a los materiales, situándolos al mismo nivel de importancia.
La misma intención monocroma tienen las pinturas de gran formato tituladas Hûs que, apoyadas en el suelo, adquieren un carácter objetual que incide en la idea de lo transitorio, lo improvisado, aquello que no está pensado para permanecer. Estas obras nos muestran el espacio del habitáculo en el plano mediante sus formas más elementales, acercándose a esa tendencia constructivista que el propio FOD ha reconocido en ocasiones como una de sus influencias principales.
El refugio es un espacio que divide, que establece un afuera y un adentro, articulados en la organización expositiva en dos salas cromáticamente marcadas: una roja, asociada al estado de alarma, de peligro exterior del que protegerse, y una negra, al fondo, que alude al espacio del habitáculo seguro, de comodidad.
Así, en esta exposición se reflexiona sobre la necesidad humana de construir y, sobre todo, de protegerse —de refugiarse— ante la intimidación que provoca la ciudad contemporánea en el individuo, con el control constante de la población y las edificaciones que el arquitecto holandés Rem Koolhas denomina “junkspaces” o “espacios basura”: centros comerciales, aeropuertos, lugares diseñados para el consumo y que contribuyen al carácter panóptico de la sociedad contemporánea.
FOD inaugura, con esta exposición, una nueva línea en su trabajo que, sin bien es fiel a los materiales que utiliza habitualmente, introduce un uso del color que le permite explorar una idea de integración que dialoga perfectamente con la problematización de la forma que tiene el sujeto contemporáneo de habitar, recordándonos el carácter animal y primitivo del ser humano, que busca, en último término, protegerse.
Excelente. La expresión "binomio dicotómico" además de redundante suena un poco extraña. Se echa de menos algo más de información sobre ese artista llamado Fod y sobre los motivos de su peculiar acrónimo: Francisco Olivares Díaz.
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