Lo que el tiempo no cura, en Max Estrella
Diana Fonseca, Jorge Fuembuena, Charles Sandison
Galería Max Estrella
Santo Tomé, 6, patio. 28004, Madrid
25 de noviembre de 2021 – 29 de enero de 2022
Lo que el tiempo no cura, en Max Estrella
Por Clara Kozak
Hace ya más de un siglo que Einstein
le presentó al mundo su teoría de la relatividad, acompañada de la ecuación E=mc²,
que da título a la última muestra colectiva de la galería Max Estrella. Como la
Real Academia Sueca de Ciencias afirmaba que el estudio del tiempo y del
espacio no era física, sino metafísica, este trabajo no le valió el Nobel al alemán.
Sin embargo, los tres artistas presentados aquí recrean, de manera muy
variopinta, un ambiente especulativo y reflexivo caracterizado por analizar las
evidencias terrenales que el transcurso del tiempo nos deja.
La muestra nos recibe con la obra de Diana Fonseca (La Habana, 1978), una artista alejada de la espectacularidad del gesto, que se centra en la cuidadosa transformación de los objetos ordinarios que la rodean. De este modo, Atlas Mundi (2019), You are the way (2018) y El espacio es el tiempo (2017) se organizan en una línea sinuosa que nos adentran a la sala y evidencian esa exasperante inquietud humana por medir y organizar el tiempo y el espacio bajo sus parámetros. Fonseca desmonta, fragmenta y reinventa estos objetos, demostrando no tener miedo al sentimentalismo y la intrascendencia de lo cotidiano. Sus resultados son simples, pero concisos.
Acierta también con sus piezas Degradaciones
(2021). A primera vista se observan dos cuadros con un mero interés formal, en
una suerte de ejercicio de ordenación cromática. No obstante, las manchas de
color resultan ser fragmentos de las fachadas de edificios habaneros. Estos desconchones
son testigo de la degradación y el deterioro a causa del paso del tiempo.
El segundo participante de la muestra nos recibe con un vídeo de la intervención lumínica Embrace! (2021), así como las mismas proyecciones instaladas en la sala contigua. Es una pieza que se presentó por primera vez en la fachada del Palacio Real, con motivo del Festival Luz Madrid, celebrado el pasado mes de octubre. El título, una invitación a abrazarse, denota el interés de Charles Sandison (Escocia, 1979) por ir más allá de la mera proyección, para interactuar con su público e integrarlos en sus ambientes. La luz es su canal para comunicar. Su obra combina el mapping, la fotografía y las palabras, originando así instalaciones inmersivas de gran calibre. Plantea un segundo ejercicio creativo y reflexivo, fijando la fisonomía humana como protagonista, en ACGTCA (Genoma) (2006). La esquizofrénica repetición de estos caracteres, primera línea del genoma humano, se agrupa y se disuelve recreando la imagen de un rostro humano que no tarda en desaparecer.
Finalmente, encontramos las fotografías de Jorge Fuembuena (Zaragoza, 1979), el fichaje más reciente de la galería. Su trabajo ondea entre lo comercial y proyectos más personales, y le caracteriza un buen gusto por la nitidez, el detalle y los tonos fríos. Aquí presenta cuatro piezas de su serie El Fin de las Catedrales (2012-2018). En ellas, el paso del tiempo (o la falta de este) se hace latente por medio del glaciar Jakobshavn, en Groenlandia. Más allá del registro visual que supone este medio artístico, el aragonés defiende una construcción de la memoria a través de las relaciones humanas con su entorno. Su paisaje helado ha quedado atrapado en el tiempo, donde la luz no diferencia el día de la noche y uno solo se puede guiar por coordenadas marítimas.
Tu crítica es meramente descriptiva de las obras y las propuestas de cada uno de los artistas. Se echa de menos una valoración general.
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