'Buen Gobierno' de Sandra Gamarra: una mirada decolonial que cuestiona los grandes relatos
‘Buen Gobierno’. Sandra Gamarra Heshiki
Comisario: Agustín Pérez Rubio
Sala Alcalá 31 (C/ Alcalá, 31, Madrid)
21 de septiembre 2021 – 16 de enero de 2022
Sandra Gamarra. 'Buen Gobierno'. Sala Alcalá 31. Fotografía: Guillermo Gumiel |
La artista Sandra Gamarra Heshiki (Lima, 1972) expone en la Sala Alcalá 31 de Madrid una impresionante muestra de su trabajo en torno a las subjetividades que generan los relatos históricos en relación con la colonización española. Bajo el título ‘Buen Gobierno’, el recorrido establece una mirada crítica de la violencia colonial y el ostracismo al que fue sometido Perú. La artista encuentra la manera de presentar las relaciones de poder que a día de hoy continúan siendo evidentes, así como visibilizar y construir relatos alternativos que sitúen a los colonizados como sujetos con voz propia. Mediante el orden expositivo, Gamarra construye cierta linealidad temporal con los resultados de la etapa colonial sin caer en las trampas de la cronología, ya que está conceptualizada como un devenir en el que las temporalidades se entrecruzan.
‘Buen Gobierno’ hace referencia a la crónica titulada ‘Primera Crónica y Buen Gobierno’ (1615) del peruano Felipe Guamán Poma de Ayala, donde relataba al Rey de España, Felipe III, las condiciones de violencia, insalubridad y explotación de los indígenas peruanos durante el Virreinato. Al estilo del cronista peruano, Gamarra pretende tender lazos sin dejar de mostrar la desigualdad entre ambas culturas. Resultan especialmente interesantes los planteamientos curatoriales y museológicos que contribuyen con mayor profundidad conceptual a las obras.
La muestra, comisariada por el historiador e investigador Agustín Pérez Rubio, comienza con la sala ‘Del espejismo’, que contiene una contraposición de cuadros históricos sobre la colonización a modo de espejos que muestran dos puntos de vista de la historia, la española y la peruana, estableciendo un diálogo entre las piezas. La confrontación de las piezas obligan al espectador a situarse en la posición del ‘yo’ y del ‘otro’ al mismo tiempo, produciendo un intercambio de subjetividad. Así, consigue resitúar a los pueblos indígenas desde la otredad a la posición de relatores, otorgándoles un punto de vista propio. La condición incompleta de los cuadros, que en su mayoría están cubiertos por una capa de pintura roja, destacando con color únicamente ciertas figuras o formas, parece que quiere evidenciar la condición manufacturada de las piezas para desautorizar los relatos como meras construcciones. Las figuras y las escenas aparecen como fantasmas que los sujetos españoles y peruanos son incapaces de matar y que obligan a aceptar la interrelación entre ambos pueblos.
'La proclamación de la independencia del Perú' (2021). Fotografía: Guillermo Gumiel |
'La independencia en el Perú' (2021). Fotografía: Guillermo Gumiel |
En la segunda sala, ‘Del reconocimiento’, se encuentra la pieza ‘Tierra Virgen’, una gran pirámide de 315 naipes elaborados artesanalmente con la figura de la Virgen del Cerro Rico de Potosí, que simboliza a la Madre Tierra. La instalación critica la explotación de los recursos naturales durante la colonización española. Este tema también lo aborda en la serie ‘Cuando las papas queman’ (2021), un gran catálogo de reproducciones de diferentes especies de patatas cultivadas en Perú, pintadas al óleo sobre las ilustraciones de Guamán Poma de Ayala del siglo XVII. Estas piezas inciden en la importancia de los productos naturales autóctonos como parte de la identidad social y como generadora de bienes. A los lados de esta sala, encontraremos vitrinas con espejos en su interior y con piezas arqueológicas precolombinas recortadas e intervenidas sobre las paredes de cristal. Con esta disposición, el espectador se encuentra reflejado en los espejos interiores, creando un juego entre los tesoros arqueológicos en el exterior y el espectador en el interior, situando al sujeto en el espacio vitrinizado y museificado.
La tercera sala, ‘De sustracción’, recoge una instalación en el suelo, ‘Chakana’, que recuerda a un yacimiento arqueológico formado por el reverso de lienzos que dibujan una cruz andina, la cruz distintiva de las culturas indígenas. También dirigirá una crítica mordaz a la institución museística por el expolio al que han sometido las culturas indígenas o ‘primitivas’ mientras que exotizan las prácticas culturales no occidentales.
Sala 'del reconocimiento'. Fotografía: Guillermo Gumiel |
En la planta superior, se expone un ‘Gabinete de Incomodidades Coloniales’ que dará lugar a una gran variedad de piezas eclécticas, desde una serie de pinturas del siglo XVII de mestizaje, hasta unas piezas de artistas contemporáneos, pasando por una serie de ponchos extendidos a modo de lienzo sobre un bastidor que recuerdan a los de Lucio Fontana y otros elementos tradicionales peruanos, que completarán un relato que abarca 500 años de historia hasta el presente poscolonial. Estas ‘apropiaciones’ y trabajos colectivos generan un meta relato expositivo y ponen en tensión los conceptos occidentales de ‘autoría’ y ‘originalidad’, otorgándole al espacio un gran peso conceptual.
La exposición de Sandra Gamarra se convierte en una denuncia de las violencias coloniales, de la discriminación racial, la invisibilidad y el silencio al que los pueblos colonizados se han visto sometidos a lo largo de la historia. Asimismo, construye una crítica ingeniosa al sistema museístico occidental que clasifica como primitivo o menor las formas de expresión y los modos de mirar alejadas de las perspectivas occidentales. Se trata de un ejercicio de responsabilidad social con la explotación colonialista, en el sentido de la ética de Spinoza. Esta muestra nos ayuda a pensar de manera crítica nuestro pasado, sin entrar en culpabilidades o en análisis simplistas. El discurso expositivo y su posicionamiento intelectual constituye un devenir, lo que implica que el pasado, el presente y el futuro están entrelazados y, en este sentido, no podemos escapar de su crítica al mostrarnos de manera clara la responsabilidad que aún a día de hoy tenemos con las injusticias y violencias cometidas en el pasado.
María Sanchis
Muy bien, María. Me gusta tu valoración de la exposición.
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