Sencillez y concisión de las formas
JUDD
Galería Elvira González
Calle de los Hermanos Álvarez Quintero, 1, 28004, Madrid
Del 18 de noviembre 2021 al 15 de enero 2022
Vista de la exposición. © Galería Elvira González, 2021.
Jesús Pascual Sánchez Herrera
Al escribir en conjunto sobre la galería Elvira González y la obra de un artista con la trascendencia de Donald Judd, resulta difícil no mencionar lo evidente: ambos, cada uno dentro de su propia escala, han alcanzado un estatus fruto del buen hacer y de una relevancia prolongada en el tiempo, el estatus de la consagración.
En primer lugar, resulta conveniente identificar a la galería Elvira González como una de las salas de exhibición en activo con más historia de la ciudad de Madrid. Si bien la mujer que le dio nombre la inauguró en febrero de 1994, hace hoy casi 30 años, la experiencia de esta al mando de la galería Theo desde mediados de los años 60 y el cariz de negocio familiar del establecimiento nos invita a dibujar una cronología más amplia y que probablemente continúe expandiéndose en manos de la generaciones venideras —actualmente son las hijas de la fundadora, Elvira e Isabel Mignoni, quienes ejercen como directoras—.
Esta dedicación al mundo del arte, madurada pero siempre ferviente, ha propiciado la colaboración de la galería con museos en instituciones culturales de primer orden, así como a desarrollar labores de asesoramiento para colecciones privadas. Especializada en arte europeo y americano de la segunda mitad del siglo XX y siglo XXI, la galería Elvira González ha albergado muestras de creadores de gran significación en la historia del arte reciente, provenientes tanto de dentro del panorama nacional —Antoni Tàpies o Joan Miró son buenos ejemplos— como de fuera —Robert Mapplethorpe o Mark Rothko, entre otros—.
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Vista de la exposición. © Galería Elvira González, 2021. |
Es el caso del artista cuya exposición nos compete. A Donald Judd (Missouri, 1928 - Nueva York, 1994) se le considera el exponente líder del movimiento minimalista. En los años 40 comenzó su trayectoria como pintor acercándose a la corriente expresionista, pero poco después empezó a manifestar interés por la depuración de las formas, algo que quedó plasmado en sus primeras experimentaciones con técnicas como el grabado o la xilografía, en las que se evidencia una predilección por la línea, la concisión y la sencillez.
Apreciamos estas inclinaciones, por ejemplo, en la xilografía sin título ejecutada sobre papel japonés, de la década de los 60, presente en la exhibición; pero podemos, en realidad, atestiguar su antonomástico estilo en las siete obras pictóricas y escultóricas que la galería ha reunido. Y es que la obra de Judd está atravesada por una coherencia que unifica pinturas como la mencionada con las piezas de aluminio pintado de 1985, o la serie de serigrafías de la década de los 90, que forman parte de sus últimas creaciones.
Esta coherencia emana de unas decididas convicciones teóricas. Licenciado en Filosofía por la Universidad de Columbia, a Judd le preocupó buscar la autonomía y la claridad del objeto construido, así como poder llegar a lograr la presentación artística de un espacio sin jerarquía aparente.
El montaje de la exposición ha repartido el grupo de obras reunidas entre las dos amplias salas de la galería. Con una apariencia aséptica de suelos lisos y paredes blancas, el entorno parece acompañar con acierto a las piezas de Judd no solo en el sentido estético —entrando en armonía con los materiales industriales y la sencillez de las formas lineales del conjunto—, sino también permitiendo una presentación de los objects que entronca con una cita del artista que la propia galería ha querido recalcar: «Se trata de las tres dimensiones y del espacio dentro de las cajas, alrededor de las cajas, entre las cajas. Todo gira en torno al espacio, y no puedes pintar el espacio ni nada parecido; sólo puedes hacer que exista».
Vista de la exposición. © Galería Elvira González, 2021.
Muy bien escrito, pero parece que le faltase una conclusión.
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