Del cubo blanco al cubo negro. Julian Rosefeldt en la galería Helga de Alvear
In the Land of Drought (2015/17) de Julian Rosefeldt en la galería Helga de Alvear. © Joaquín Cortés |
Julian Rosefeldt. Penumbra
Galería Helga de Alvear, Madrid
9 septiembre – 20 noviembre 2021
Del cubo blanco al cubo negro
Joana Bravo
Subimos las escaleras y entramos al espacio blanco ya bien conocido de la Galería Helga de Alvear. Seguimos hasta el fondo y, esta vez, de repente, todo cambia. Detrás de una cortina negra, un cubo negro. La sensación es de inmediata extrañeza: no hay obras colgadas en las paredes, sólo una gran proyección de vídeo que ocupa uno de los muros en su totalidad y algunos almohadones y sillas dispersas. Hay pocas personas en la sala y entra la duda si nos han tele-trasportado desde la calle Doctor Fourquet a los escenarios de ruinas contemporáneas que se proyectan en video.
In the Land of Drought de Julian Rosefeldt (Munich, 1965) es una de las tres partes de la exposición Penumbra. Aunque el artista haya concebido la obra como una interpretación coreografiada de “La Creación” de Joseph Haydn, el ritmo que se escucha es un sonido del futuro, y los personajes se mueven en la pantalla por entre vestigios abandonados de una civilización quizás ya extinta. Con sus monos impolutos, parecen estar listos para examinar los cadáveres dejados por una especie extinguida. ¿Nos habrá traído hasta aquí el Stalker de Tarkovsky? ¿Será esto otra versión de “La Zona” postapocalíptica de esa película? A medida que el largo travelling de la cámara se va transformando en un plano general cenital, lo que al principio parecía un paisaje espectacular por la imagen desértica y abrumadora que presentaba, se ha convertido en una sensación aterradora: nos damos cuenta de que los restos industriales que vemos son los de nuestra propia existencia. Nosotros, con una mirada ahora externa y lejana, ya no somos parte de la acción. Si en los años 60 Bernd y Hilla Becher empezaban a inmortalizar torres de agua, pozos de extracción de minería y fábricas, en sus fotografías tomadas en el cuenco del Ruhr, documentando tipologías de arquitectura industrial a punto desaparecer, la obra de Rosefeldt nos confronta con la verdad. Estos testigos fabriles no han desaparecido, al contrario: han sobrevivido a la propia humanidad que los ha creado. En la última escena de la pieza, el grupo de blanco hace movimientos hacia el centro y la periferia de un auditorio circular como si un imán invisible les atrajera y qué, cual monolito en 2001 Odisea en el Espacio, llegara para modificar el rumbo de la acción a otro tiempo y otro lugar.
Escena final de In the Land of Drought, 2015-2017. 1-channel film | Shot on HD | Aspect ratio 2,35:1. 43m 15s. |
No llega a aparecer el monolito de Kubrick, pero cambiamos de escenario y de música. En Penumbra, suenan “Scenes from Goethe’s Faust” de Robert Schumann, mientras un grupo de personas baila en una rave a cámara lenta a plena luz del día. Hemos vuelto atrás en el tiempo y volvemos a estar entre la gente como nosotros y la naturaleza. Bailando juntos en un éxtasis compartido y feliz, se nos ha olvidado ya el mundo destrozado y desolador pos-Antropoceno que habíamos dejado hace un instante.
Julian Rosefeldt. Penumbra, 2019-2021. 1-channel film | Computer-generated and shot on HD | Stereo Sound | Aspect ratio 16:9. 1h 26m 26s. |
Salimos al espacio iluminado de la galería con nuevo aliento, pero, de pronto, somos confrontados con una serie de fotografías en color de paisajes yermas. After Us, un conjunto de imágenes polvorientas que parecen haber llegado de una expedición arqueológica del futuro, nos vuelve a recordar el mundo vacío hacia el cual estamos caminando colectivamente. Nos vuelven a la mente las primeras escenas de 2001 y el principio de la humanidad, sólo que ahora ya no estamos: surgimos del polvo y hemos vuelto a convertirnos en ello. Nuestras huellas, sin embargo, permanecen.
Instalación de la série After Us de Julian Rosefeldt, en el marco de Penumbra en la galería Helga de Alvear. |
No es casualidad que Julian Rosefeldt se apropie de la gramática cinematográfica y de la ciencia-ficción para crear sus instalaciones: además de artista, es también director de cine y sus piezas hacen uso de un lenguaje surrealista para hacernos pensar sobre problemas bien reales.
Con la pesadilla de una pandemia de fondo, la galería Helga de Alvear ha hecho una elección acertada apostando por una exposición que nos cuestiona sobre el futuro que estamos construyendo (o, mejor dicho, destruyendo). En un espacio donde habitualmente vemos fotografías de gran formato contra paredes inmaculadas, el proyecto expositivo concebido para Penumbra ha logrado crear una atmósfera sorprendente. Una sorpresa sobre la cual merece la pena reflexionar y que, al bajar las escaleras de la nave de vuelta a Lavapiés, no deberíamos olvidar.
Julian Rosefeldt. After Us (Nr. 2), 2005. LightJet Print. 72,5 x 72,5 cm. Ed. 1/6 + 2AP |
Un poco trivial. Se ve que la exposición te ha gustado, aunque no lo argumentas demasiado. No hay "el cuenco" del Ruhr, sino la cuenca.
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